Dejando huellas.

Corro satisfecha por la pista ancha del ensueño, después de haberte dado mi amor. Se quedaron las caricias hundidas en las huellas que dejaste en mi piel; el olor sublime de tu cuerpo impregnado, inyectado como tinta color pasión en cada uno de mis poros.Las manos se deslizaban a una velocidad extraordinaria, acompasada con cada gemido y latido, y nos pintaban del azul al rojo, en estallidos y si... SI! salpicamos de arco iris las paredes blanqueadas. El techo atesoró el canto orgásmico de nuestras gargantas en una, al dibujarnos el mapa de los deseos en la espalda del otro, al dejar que nos avance el sismo silencioso de un orgasmo prolongado, delicioso e imposible de olvidar.Mientras cierro mis ojos a la vigilia de olores y sabores, despierta tu ángel inquieto, y vamos por mas...