Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

sábado, 7 de mayo de 2011

APOCALIPSIS.

Sacude la tierra el bramido de un viento tormentoso, huracanado, que arrasa con todo.Emanaciones de vapor, cual suspiros que terminan en ayes, desde las entrañas mismas. El sismo ha comenzado... ya no se detendrá, retiemblan los pasos sin poder mantenernos en pie. Finalmente una gran erupción volcánica nos cubre completos con su lava deliciosa y mi boca dichosa canta este orgasmo de fin del mundo sobre tu piel.

LLOVER...

Llover del silencio de las hojas que caen deslizándose suavemente en la brisa otoñal, de tormentas subyacentes que amnesian el corazón. Llover de tristezas y de la única alegría del milagro de tu amor, de impaciencias sin porqués y de larga espera en total meditación. Llover de mares impetuosos, de bosques oscuros, sin tu haz de luz descubriendo lo oculto de mi voz. Llover de encuentros ventosos, de temblores en las rodillas, de besos cálidos deseados y caricias perdidas. Llover de tactos, gustos y olfatos, uniéndose en un gemido profundo y desgarrador, de placer, de ansiedad, de dolor. Llover de genes arremolinados en el dorado halo de tu mirada febril, de mis manos, mi boca, mi piel, mi alma, ascendiendo enlazada a vos, a la cumbre mas alta, al cielo. Llover de electricidad y de consuelo, de azules y rojos luchando, de esencia pura, de génesis, de caos, de cosmos, de principio y de fin. Llover de mis lágrimas... y de las cinco letras que dejaste escapar, para mi.

Fermina y Florentino. ( inspirada en la novela " El amor en los tiempos del cólera")

Me vuelvo intangible a la rudeza de sus manos, transparente al renacer simultaneo de sus ojos, segundo a segundo.Mis labios presienten alianzas macabras en su boca, y la luz de sus palabras se extingue en el morboso accionar de la oscuridad.
Se que vienes tras de mi, como el invierno en un deseo ferviente y demoledor busca a la primavera para devorar sus tiernos capullos de amor. No me ves, ni me veras, escondida en la luz que se cuela por las rendijas de tu soledad. Mientras río entre dientes, porque veo tu hado unirse en ardiente danza a mi vientre impoluto, que perdió su pecado cuando se unió para siempre al fuego que no se apaga, la premonición certera de tu alma, mía, me llena por completo de gozo. De una manera u otra hallarás la paz en mi, en mis torrentes salvajes de agua viva, y no querrás mas nunca abandonar la celda aterciopelada, caliente, acogedora y voraz... de mi corazón.

AMOR ETÉREO.

En la dulce oscuridad de mi interior que descansa, caen resbalando como gotas de lluvia tus palabras, susurrantes somorgujos que rasan el agua en llamas de mi alma. Delirantes moléculas de tu esencia, se deslizan en un soplo por mi cuello, mi espalda, mientras veinte dedos enlazados bailan la antigua danza. Yendo ciegos por el camino de los cuerpos que se deshidratan en cantos evanescentes y en aromas únicos, se unen en un mismo grito al roce repetitivo que genera un resplandor blanco, fulminante, del climax milagroso... a años luz de distancia.
Y veo salir la luna... en tus pupilas lejanas.