Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

sábado, 7 de mayo de 2011

LLOVER...

Llover del silencio de las hojas que caen deslizándose suavemente en la brisa otoñal, de tormentas subyacentes que amnesian el corazón. Llover de tristezas y de la única alegría del milagro de tu amor, de impaciencias sin porqués y de larga espera en total meditación. Llover de mares impetuosos, de bosques oscuros, sin tu haz de luz descubriendo lo oculto de mi voz. Llover de encuentros ventosos, de temblores en las rodillas, de besos cálidos deseados y caricias perdidas. Llover de tactos, gustos y olfatos, uniéndose en un gemido profundo y desgarrador, de placer, de ansiedad, de dolor. Llover de genes arremolinados en el dorado halo de tu mirada febril, de mis manos, mi boca, mi piel, mi alma, ascendiendo enlazada a vos, a la cumbre mas alta, al cielo. Llover de electricidad y de consuelo, de azules y rojos luchando, de esencia pura, de génesis, de caos, de cosmos, de principio y de fin. Llover de mis lágrimas... y de las cinco letras que dejaste escapar, para mi.

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