Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

sábado, 23 de mayo de 2015

Arrabbiata II (temperamental discurso para el que se fue enojado)




Te escondes detrás del miedo obtuso, 
que por tu columna serpentea,
quizás no sea noble que te vea,
en ese estado fatal del ser iluso.
Las cuerdas de tu mente flamean, 
se tensan, tiemblan, en tus puños,
¡Que me importa tu sentir adusto,
que golpea mi bendito ser con fuerza!
Tus palabras no sacian mi oído,
mi razón no acepta ligerezas,
metete las mentiras en tu orgullo,
ahí donde el sol no las patea,
Mi esencia de mujer bien valorada,
la merece el hombre que se juega.
Clarissa Cristal.

viernes, 22 de mayo de 2015

Arrabbiata en re mayor. ( Puro juego )

Evito el fuego, esquiva,
hoguera de manos, el aplauso,
carne viva en rítmicos chasquidos,
helar extremo en el último trasfondo,
del incinero calmo.
Bailotean las hadas en la brasa herida,
murmullos de humo gris y blanco,
en ágiles bosques donde vive el olmo,
que ha dado peras en esfuerzos vanos.
Lo cruel, lo retorcido de mi baile altivo,
curvas de naranjo en flor, en llamas,
raíces que levantan los caminos,
desde mis tobillos hasta el alma,
mientras mas arde el canto antiguo,
mas mieles rebeldes se derraman.
Clarissa Cristal.

lunes, 18 de mayo de 2015

Te propongo.

...
Te propongo abrir los brazos,
mirarnos el pecho, que una vez herido,
ha cicatrizado.
Que un beso blanco tuyo,
en tu huella mía,
borre el tropezón pasado,
que un beso blanco mio,
en mi huella tuya,
devuelva a cero la memoria,
de viejos pactos.
Te propongo abrir el pecho,
limpiar con agua pura y vino,
llenarnos de luz hasta el borde,
sin pensar en el destino,
Que no haya ayer ni mañana,
que no haya atados,
ni vencedores, ni vencidos.
Te propongo un nuevo principio,
una mirada,
una caricia,
Ambos dos y el infinito.


Clarissa Cristal.

Del sueño a la travesura.

Corrí por los corredores oscuros buscando algo. El piso de madera lustrada, las paredes con molduras, el olor a bosque frío y flores de azahar, enmarcaban al tiempo dándole aires de sueño, y una deliciosa lentitud que hacía mas divertida la travesura. Las puertas de cedro permanecían cerradas, y una voz de mujer, por lo bajo, despotricaba Dios sabe que sarta de sandeces, combinadas con insultos de los mas gruesos... risa ahogada por la derecha. De inmediato supe que era un sueño, aunque los olores eran muy reales... Dos pares de ojos, uniformes y solo atiné a agacharme detrás de una mesa, tambalearon las velitas, bailó un segundo inseguro el florero. La risita se hizo cercana, y la puerta, detrás mio, me tragó...
En la oscuridad espesa y húmeda, se hizo silencio.El aroma a jazmines, a jabón, a testosterona y a sudor, me marearon al instante y solo pude abandonarme a un par de manos que me ajustaron contra un cuerpo ardiendo. La luna resplandeciente, desde una rendija del postigo casi cerrado, nos espiaba. Te reconocí en esa piel que nunca había tocado, pero que me traía recuerdos de noches ya soñadas, de revoltijos de sábanas, muebles empapados, duchas calientes con ropa, y mi furia escarlata en tu espalda.Visiones de momentos existidos, no vividos y un frenesí de espasmos, liberados en chispas, en la punta de la lengua.
Como en todo sueño, las sensaciones desaparecen o se agrandan... Se agrandan! Y te bebí en una suerte de borbotones agridulces, vaivenes aireados en la penumbra caliente de una noche bochornosa, perladas tus sienes destilaban sal. Y ahogados susurros de lobo complacido, rompieron la quimera de un sueño viajado y un tatuaje en tu pecho ... Nuestras risas de hiena de fondo y los insultos de hembra que van creciendo detrás de la puerta, acabaron por despertarme...
Siempre me vas a saber y a oler a travesura.
Clarissa Cristal.

sábado, 16 de mayo de 2015

Ensoñación.

...
Caen lentas las palabras, como hojas secas en la superficie mágica del agua. Nos danzan las olas en el lento arcaísmo de los cuerpos pegados. Tus caderas angostas apoyadas en mi cuna sacra, las pieles que se aman vibrando, en la juntura húmeda de la sal y el nácar, en la misma pureza estelar.
Bailemos en vaivenes suculentos, en robustos dormires, en luminosos despertares. Bailemos acá y allá, como los pequeños hilos de luz que juegan a enmarañarse en la linea que separa aire y agua, viento y tempestad. Bailemos, abrazame fuerte, no quiero despertar.

Clarissa Cristal.