Te escondes detrás del miedo obtuso,
quizás no sea noble que te vea,
en ese estado fatal del ser iluso.
Las cuerdas de tu mente flamean,
se tensan, tiemblan, en tus puños,
¡Que me importa tu sentir adusto,
que golpea mi bendito ser con fuerza!
Tus palabras no sacian mi oído,
mi razón no acepta ligerezas,
metete las mentiras en tu orgullo,
ahí donde el sol no las patea,
Mi esencia de mujer bien valorada,
la merece el hombre que se juega.
Clarissa Cristal.
¡Que me importa tu sentir adusto,
que golpea mi bendito ser con fuerza!
Tus palabras no sacian mi oído,
mi razón no acepta ligerezas,
metete las mentiras en tu orgullo,
ahí donde el sol no las patea,
Mi esencia de mujer bien valorada,
la merece el hombre que se juega.
Clarissa Cristal.