Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

domingo, 13 de julio de 2014

Guerra.

Erase una historia llena,
una luna rota, gimiendo,
un charco transparente latiendo,
en las entrañas de un cielo rojo y siena.


Erase un pasado de cristales reflejos,
en derredor danzando, de una hoguera.

Crepitares, miradas y silencio,
terremotos blancos y amaneceres locos,
ardores de sangre, lágrimas y mocos,
caricia detenida en el momento...

Muriendo en brazos del apuro,
o dejando morir en el desliz sincero
de un llanto aciago e imperecedero...
que muerde como el miedo,
adentro,
en el vientre que se desangra...
Clarissa Cristal.

viernes, 30 de mayo de 2014

Desde otro universo.

 Del azul saturado de lo propio, pasa por el índigo violeta de sus idas y venidas, pinceletas y dedos manchados en el deja vu del tiempo, que gira como un vientre agigantado, batiendo dentro el alma y el cuerpo a la vez. Si pudiera iluminar sus cadenas menores con haces perfectos y dibujar pilas de libros con su nombre.. ¡Si pudiera arrancarlo de la superficie, como sueñan las sirenas que cantan,con los marinos... y llevarlo a volar con alas de águila, a la vez, para llenar de inmensidad su sueño! La noche es larga e impregna de aromas su vestido. La rueda sigue girando y el sueño de deja vu... sigue dormido. 
                                                                   Clarissa Cristal.

martes, 13 de mayo de 2014

Espiral

Hoy me sale anidar prematuramente en mi, como si una vez fecundada con tanta cosa bella que me ha dado la vida, decidiera gestarme en mi misma una vez mas, dándome otra oportunidad para parirme y gritarle a la luna que estoy viva, que soy mujer como ella. Y si, voy cayendo desde el extremo del cerro mas alto en lentos espirales luminosos y aromados de otoño ( mi estación ). Recorro valles que festejan a lo lejos con músicas alegres, que se pierden en el soplo del viento. Me esfuerzo en no cerrar los ojos, todo lo que recolecte será de vital importancia para esta gesta bendita, y mis manos, que se aferran a un sino misterioso, van blancas de ansias y llenas de amor.
Me animo hoy a reconstruirme de a poco, y a la vez, a desnudarme de capas, a bailar en la luz, a abrazar mis deseos que un día fueron quimeras, a brotar como manantial caliente de la roca. Me animo a acercarme al fuego, que en hogueras brilla, por los recovecos de la cordillera, y a apagar con mi agua esa sed, que creés, nadie nunca podrá apagar...
Hoy me sale anidar en lo mas profundo de mi, para mañana, brotar en torrente hacia el océano... 
Clarissa Cristal.

martes, 29 de abril de 2014

Caleidoscopio.

Cuando el silencio me hizo bajar de la nube de purpurina a la que estaba montada, quiso el desvelo de la noche morada llenarme de pájaros y sordos aleteos. Mas vi la mirada cálida e indescifrable de los locos que se esconden tras bambalinas, esperando a ser llamados para hacer su gracia y volver al reposo inquebrantable de los psicotrópicos, en la jaula.
Amanecía... y el espejo quiso sonreírme una vez mas.
Si fuera verdad y yo no existiera mas que en tu imaginación, y mis pasos retumbaran en la vereda de tus miedos, haciéndote estremecer ¿Cual sería la quimera que tan hondo mezquinás, para asesinar mi huida y profanar el himen de mi soledad? ¿ La libertad se gana, se merece o se recibe como derecho?
Dentro de su mente mis palabras bailaban con la brisa fría del otoño alado de hojas, reverbero triste de una inseguridad ignota y carente de género. Yo seguí hablando de la piedad y las rosas Té que en su mundo huelen a nardos del crepúsculo, del amor del que todos hablamos maravillas, pero casi nadie conoce. Él escuchaba, como se escucha la melodía de las lluvias, con gesto ido y las mejillas mullidas, mojadas de tanto diluviar. Proseguí con mi canto y retemblaron las piedras, añadí despojos de osadías pretéritas en la linea que conecta su deseo que no conozco, con ese sol inventado que refulge en mi pecho...
Desperté atorada de tanta imagen, con las ideas revueltas de tanto soñar..¿Y si en verdad solo existiera en tu mente?
Clarissa Cristal.

lunes, 14 de abril de 2014

La puerta.

Cerró la puerta y se sentó en el piso con un aire de suficiencia, con la mirada llena del deber cumplido. Se imaginaba que del otro lado él miraba la puerta sin entender y hasta tenía la misma sensación de apocalipsis en miniatura. Mientras ella lo quiso, la puerta se mantuvo abierta y se derramaban hacia afuera los aromas de su cocina, de su ropa limpia, del calor... del amor. Le obsequió arco iris sobre jardines, vuelos sobre sus alas, cabalgatas rasando el infierno que acababan con un golpe de éxtasis en el cielo y su femineidad en primavera eterna con promesas transparentes sobre la piel... ESTÚPIDAAA! Tarde aceptaste que todos son iguales! Se sacian el ego y se mandan a mudar! O terminás esclava de un idiota que te arrea con las riendas de los afectos, de las obligaciones, los prejuicios machistas... y te deja sola a la primera pista de que la vida se pone difícil.
Lo pensó de las puertas para adentro, lo lloró como se lloran a los muertos queridos, lo bendijo en las fotos que conservaba de él. Intentó hacer un álbum mental con las charlas, las risas, los chistes, las frases y los versos, hasta que una sonrisa se le dibujó con la luz de los sueños, se puso el delantal y volvió a la cocina, la esperaba un cordero listo para ser guisado.
Clarissa Cristal.

lunes, 24 de marzo de 2014

Callate y besame...

Besame como la noche, como la lluvia, con los labios húmedos de profecías cumplidas. Besame con el arrullo que acuna el viento en las ventanas, con la nana de la guerrera en calma, después de una gran batalla. Besame con el crujido de las hojas en otoño, con el fuego de tu ser insaciable, consumiéndome el alma para volverla mariposas blancas, que retornan a mi cuerpo de agua que apaga la sed. Besame en la bruma, bajo el sol o en la misma tumba, con el llanto inútil de los que se quedan, mientras la piedra susurra: Te espero en el infierno, en el cielo... Sé puntual.
Clarissa Cristal.

Mi poesía.

Poesía desnuda, desprovista de disfraces y caretas, poesía loca que con alas de plumas iridiscentes se eleva, te eleva, me eleva. Poesía para quien no esconde el alma entre las natas de un pozo pantanoso, sino que brilla a la luz de la luna tiritando de emociones a flor de piel. Poesía clara y sincera, abierta, simple, espejada. Poesía en carne viva y en gemidos... Poesía... corriendo por mis venas calientes, al compás de mis latidos. Clarissa Cristal.

Para vos.

No voy a robarme la magia de tu fino aleteo, ni voy a hacerme humo en un amanecer sin gracia. La eternidad de aquello que se mueve, la mortandad de aquello que esta quieto... cuando las voces mundanales gritan: Viceversa! ¡Yo solo quiero hundirme en el aroma de tu pecho, encontrar la infinitud en un abrazo prolongado, en el calor de tu cuerpo, en el rumor de tu corazón que galopa mis Pampas montándolas en pelo y en el grito furibundo de mis entrañas incandescentes abrazando tus estepas! Clarissa Cristal

viernes, 7 de marzo de 2014

Con M de Mujer...

Yegua desbocada, mujer indomable,
solo el aroma de la tierra empapada llevo como ropaje.
El cielo me moja de estrellas, mientras corro y no me alcanzás,
mientras vuelo engalanada de plata, en las nubes,
y mis pies se plantan en el suelo de la llanura pampeana...
Yegua desbocada... cuando grito que me mires a los ojos,
y marques una ruta de verdades, esas que nos hacen iguales!
Mujer indomable... cuando de derechos se trata,
blandiendo rebelde la sonrisa... y desnuda el alma,
fluyen húmedas certezas...
Vamos! Rompé la barrera, ya se que no soy pura ni casta...
Yegua, si, yegua y desbocada, loba, pantera, mujer,ninfa de piel blanca...
Mirame a los ojos y no digas nada...

Clarissa Cristal.

martes, 4 de marzo de 2014

Canción de no cuna.

Acuna mi vientre,
ruegos a montones,
movimientos, saltos,
vértigos, tirones.
Mi pequeña luna,
ojos de mareas,
ha deseado osos,
triciclos, muñecas,
ha probado leche,
el sabor de la fruta,
ha bebido lágrimas...
mi pequeña luna.
Me ha dejado el dulce,
de noches insomnes,
de lluvias certeras,
en mi ombligo al norte.
Y hoy yo, tan callada,
de mirada atenta,
de manos cansadas
de llevar quimeras,
no abro la boca,
mas caigo en la cuenta:
No hay panza, no hay llanto,
no hay cuna, no hay luna,
que llene el vacío...que eche al dolor...


Clarissa Cristal.

sábado, 1 de marzo de 2014

La imagen en el espejo.

Habían pasado los años, el tic tac jamás se detuvo a su favor, mas bien el desgaste de la vida se había intensificado, penetrándole los poros, carcomiendo sus huesos hasta llegarle al alma. Ya no hacía viajes con vuelos fugaces e intensos alrededor de la luna, ya no mas cabalgatas enlazadas al latido del corazón... Sería que aun latía?
Una noche despertó asustada, porque los sueños la 
atormentaban con un pasado vacío, mas bien repleto de trastos inservibles llamados recuerdos. La magia que había visto en los ojos ajenos, la maravilla de las manos que hacen, la simpleza del aroma del café, la ansiedad que despertaba en ella el olor a tierra mojada, había ido esfumándose por los pequeños espacios entre quicios y ventanas, marcos y puertas, cuerpo y alma... Se acercó, aun con el rictus espantado de quien ve un fantasma y se enfrentó al espejo con los ojos cerrados, tratando de imaginar como se veía, trayendo a la realidad aspectos físicos de antaño. Se acordaba de su cara enmarcada por una mata de rulos, mejillas gorditas y rosadas, ojos enormes y una estatura diminuta (nunca había sido muy alta). También la imagen de la adolescencia, desgarbada, asimétrica y unos ojos que despedían chispas, deseos, ganas e impotencia. Luego dio lugar a la silueta curvilinea de una sirena y un vientre que parecía explotar en la expresión entre feliz y cansada de una verdadera mujer... Respiró hondo, como hubiera deseado volver a viajar..!
Sintió que el tiempo apremiaba, que debía mirar aquello que el espejo hoy le reflejaba, abrió los ojos y del otro lado, paciente, el espejo le devolvió el cuarto silencioso... nadie se reflejaba.

Clarissa Cristal.

Obra pictórica de Fidel Molina " Recogido frente al espejo"

lunes, 20 de enero de 2014

Y que me importa! (Just a game)

No doy crédito a la noche que me ahoga,
entre mas mantas ligeras, piel ardiente,
va deseando la tuya impunemente,
va minando tus poros con estrellas.

Explosiones en las manos y en la boca,
luna llena, estamos frente a frente,
blancas las caras, cabellos y dientes,
leche de cosmos bañando las sombras.

Imposible concilio de los sueños,
imposible mi paz ¡y que me importa!
voy incendiada de sol y jadeos

y que tan cerca tu respiro arroja,
al compás del orgasmo concluyente,
la canción de la lluvia entre las hojas.
Clarissa Cristal.

sábado, 4 de enero de 2014

El mantel y un manojo de recuerdos.

Ella se tomaba las tardes para acunarse en los recuerdos, era curioso que a su edad fuera tan buena con los detalles. La ventana se sabía de memoria el rostro apenas arrugado de la vida, mientras el otoño se deshacía en gotas de lluvia y un encaje de hojas secas. La vida le había dado un poco de todo, hijos, esposo, amante, dinero, una casa, en fin... Aún recordaba las sombras y las luces, del momento de dormir y mamá llevando dos mamaderas a una cuna que recordaba compartida. El olor de la leche caliente y las sábanas lavadas con jabón blanco. Recordaba el cajón de los chocolates intocables para todos, y su actitud insurrecta, el sabor, y la paliza... Los ojos refulgían como brasas encendidas, mientras tejía un interminable mantel. De pronto recordó el pacto, cosa que había querido olvidar como esas estupideces que uno hace y después deja en algún lugar lejano de la mente, por la simple vergüenza del error. Cuanto había escrito acerca de él? Un día se cansó y quemó todos los poemas que había parido en su nombre ¡ Maldito! Susurró, y se le soltó la rosa casi terminada del mantel...
Y se acordó otra vez de las letras, las únicas que había conservado en un cuaderno:
"Yo me guardo tus otoños en espera, las hojas prensadas del color del atardecer sin nubes. Me guardo el olor del frío y de la lluvia recia que en la tierra se anuncia, con eucaliptos mojados y poleos bajo la piel. Me guardo nubarrones que bailan esa danza desenfrenada que incluye frote y taconeo, en medio del relámpago y del trueno. Me guardo no se cuantos cafés que aun nadie se ha tomado y humean... Me guardo esa imagen flexible de tu sombra que espera muy en el fondo, que en el otoño de ropa empapada renazca a la vez la primavera."
Leyó el párrafo una, dos, tres veces, mientras se tomaba el jugo de naranjas que le habían servido con la merienda… y su mente iba lejos, a la velocidad del viento...
Era increíble, hasta ella se asombraba de sus recuerdos, y de lo vívidos que se hacían al acercarse el invierno. Recordó al príncipe Lirio, tres años mayor que ella, cobarde, tímido, algo afeminado, siempre asustado de encontrarse con el dragón debajo de la cama y los detalles de un cuarto digno de una princesa... pero ella así lo amaba, en silencio, como ciertas cosas importantes en su vida, era algo imposible. Imaginaba que ella también había sido el imposible de alguien y ahí se dibujó en el vidrio goteado la lista de pretendientes a los que nunca miró. Indiferente.
Las tardes se volvían noche y las noches, madrugadas sin poder dormir, cuando descubrió que aun lo esperaba, que estaba cerca y la adrenalina le hizo saltar el pecho frágil de infartos, y de heridas aun no cicatrizadas. Así sobrevenía la mañana, el desayuno, ayudar en la cocina con el almuerzo y la tarde llegaba de nuevo, sentada, arrullando recuerdos, manteles inacabados, y una presencia cada vez mas cercana. Así fue que escucho su voz, giró y ahí estaba ( podría haber llegado décadas antes). Y con la última fuerza de determinación que le quedaba le dijo: "Andate a la mierda".
Fin
Clarissa Cristal.

viernes, 3 de enero de 2014

Poética II

Poética de la sinrazón mudada de encierro,
de la mordaza liberada de un tirón,
de ojos que estando vivos, parecen muertos,
y en instantes de gloria alumbran al sol.
¿Que pocos senderos arrullados por el trigo,
vieron el andar de los pies del león,
cuantos menos oirán las cadenas,
que solo se ganó con la elección?
Algún día liberaré sus tobillos grillados,
y en un mar salado...
cantaré su canción.
                                        Clarissa Cristal.

Poética I

Poética del silencio de mi piel,
que de volcanes se ha hartado,
erizada todo el tiempo que duró el martirio,
caminando...
De tierra negra húmeda se vistió de pronto,
y brotes frescos, goteaditos de relente mágico,
de sol, de luna y estrellas, desnudez de acero,
mi noche bañó ese silencio, de cantares de verano,
chicharras y grillos, colmaron mis sueños.
Versos del encanto que me hizo mujer,
amando...
Clarissa Cristal.