Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

lunes, 8 de abril de 2013

Mi Nibiru.

Escondido en los pliegues de la nada perpetua,
nadando mares tranquilos, océanos de niebla,
prometés sin razones hacerte visible, palpable,
abrazable, posible, amable
y en conteos vibrantes,
monumentos de locura,
cadenas que hierven aguas de espera...
te vas dibujando en sueños de otoño,
mi Nibiru, mi dulce condena.
Vientos de equinoccios rayaron quimeras,
en mis simples labios, en mi sed intensa.
Clavaste estacas, filos y tachas,
en mis sueños lentos, mis manos crispadas,
ante la tormenta.
Mas hoy ya cansada de aguardar,
venidas e idas, en cruel fluorescencia,
me muero bajando los pies a la tierra.
Me extingo celeste, me envuelvo de lluvia,
me visto de brisas, me arqueo en la bruma...
Nibiru no existe, y de mis ojos tristes,
tu imagen se suma al agua salada,
gotitas que ruedan perladas de luna.

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