Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

miércoles, 17 de abril de 2013

Encuentro


Primero que todo fue el silencio, y la nada, luego el latido. Esa prímula onda expansiva que hizo retemblar los espacios vacíos, llenándolos de luz, milímetro a milímetro en ligeros pero infinitos roces concéntricos abrigados de calor. Cada partícula que nació del frote, fue floreciendo en chispa rosada, ante el toque magnífico de una caricia de amor. Amaneciendo el espacio aprendió a ser día, mientras tus pupilas se dilataron formando una gran puerta dorada, por la que me pasee danzando en puntitas de pie y viajé al fondo mismo de tu alma, cuando daba vueltas al compás de los miles de latidos que le siguieron al primero. Creciste en la cuna arcaica de mis entrañas, carrusel de fuentes acuáticas... Vos dentro de mi cuerpo, de pequeño a gigante, yo enroscada en tu alma, bebiéndote en puros diamantes... Y la noche que se tardaba, fue recogiendo el desastre que dejamos, ropa, piel, huesos y claro, carne, una sola carne, inconmensurable misterio del próximo alba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario