DONDE VAYA, VAS CONMIGO.

Sentada en el parque Centenario, a la luz de un sol de otoño, sola, abrigada en las imágenes sensitivas que guardo de vos, te recuerdo, Amor. Escribo y reescribo tu historia,vuelvo sobre mis pasos, saboreo tu piel otra vez, me deleito en tus gemidos, viajo, ignota, por tus venas en cada latido. Mis manos recobran la memoria, después de tanto tiempo, en el que tus lugares secretos, quedaron dormidos. Es tal la sensación de tu presencia, que tiemblan levemente mis rodillas, ante los escalofríos que provocaba tu boca húmeda apegándose locamente a mis costillas. Lo triste es que tu alma ya no está conmigo, y no puedo darte esos abrazos espiralados que nos sumían en la inconsciencia, en el desquicio maravilloso de compartir un mundo que nadie ve, que nadie conoce. Beber el aire que sabe a cielo, saber que me miro en tus ojos y vos en los míos. Encontrar en tu boca el ruego, que hace derretirse en delicias a mi cuerpo . Tantas cosas puedo decirte y proclamarte, llevarte a volar por las nubes, mi cielo adorado, arrullarte con canciones que nadie ha conocido. Perderme tranquila en tus laberintos mágicos, sabiendo que el placer de tus caricias vendrá a buscarme en esa brisa densa que azota  por las tardes,desde el monte que mis deseos mas profundos alcanzan en el momento en el que solo pronuncio tu nombre. Te llevo escrito en el cuerpo, en jeroglíficos inaccesibles, en guardas helénicas que describen lo sabroso de tu vino, en salmos celestes que cantan la gloria de lo que está unido y en rimas doradas que algún NN escribió hace siglos. Te guardo, no lo dudes, en los rincones inciertos e inhóspitos a los que te llevaron mis bravos latidos, en las fibras de mis músculos, en lo oscuro de mis entrañas ... ahi te llevo vivo!