Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

jueves, 17 de marzo de 2011

Celos.

Mi cuerpo se reserva el derecho de admisión, a tus manos que vienen sucias de la piel de otras. A tus ojos viciados por las imágenes ilusorias de otros cuerpos que a su vez deshicieron de deseo el alma de los amores de ocasión. Mi cuerpo repulsa las huellas ajenas a tus dedos, que en tu yemas marcaron la historia del desamor, disfrazado de orgasmo. Mis entrañas se contraen y retuercen ante la blasfemia de los besos húmedos de mujer, que quedaron grabados en tus labios...
Hiervo corriendo en mis propias venas, te huelo los alientos superpuestos de mariposa libaesperma que vive solo un día y muere al amanecer de un cambio de hábito, o de montura...
Quédate inmóvil, que la luz fluorescente de miles de luciérnagas atontadas, te limpie tanto sudor inútil, tanto dióxido de carbono exhalado por inercia, que el aire refrescante de la madrugada florezca dentro de tus pulmones y la vida comience de cero desde tu alma hasta la superficie ahora santificada de tu vasta piel. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario