Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

martes, 26 de febrero de 2013

Sol y luna.

Noches solitarias, onirias diversas, tiempos de pensarnos y ganas de volar...
Acunamos tiempos en el gota a gota que nos va llenando la  noche callada, crispada en los dedos duros primero, fláccidos después. Vamos de a poco derramándonos en luces y con ojos cerrados de ceguera ilusoria, jugamos a reconocernos, sobre el manto suave y cálido de la piel. Afuera, noche cerrada, algún guiño cómplice de estrella muda y la chicharra absurda canta sin saber. Sellamos el suelo de saliva viva, mientras nos miramos, como mana dulce y salado a la vez, manjar de celestes proporciones, en que damos vueltas enloquecidos, embadurnando  el minutero, caprichoso y terco carcelero, que al fin se detiene, dejándose embeber. Vos bajo la manta en aparente frío,  yo sobre la sábana bañándome en espuma por los poros, evanescente sudor el mio, quemando el amanecer. 
Ritmos del norte, vientos del sur, ahoguen el llanto en luces doradas, liberen la súplica que lleva la almohada, en pies enredados, gargantas ahogadas. Que ya sueños de aromas, perdieron la cordura, una vez mas se repite entre el sol y la luna esa misma historia... Encontrarse en sueños, porque en realidad nunca se tocaron... El océano silente, en olas pregunta: ¿ Alguna vez lo harán ?

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