Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

viernes, 16 de marzo de 2012

FUE DEMASIADO.




Pudiste alegar amor verdadero mientras caminábamos hacia la nada. Las piernas me temblaban, no se si de frío, de miedo o de ansiedad, y tus manos, prendidas a las mías, brotaban en mares de sustancia acuosa, sabor a blancos silencios del desierto. Y esa noche tuvimos sueños compartidos, que aunque vos no te acordaras y yo no supiera a ciencia cierta si también eran los tuyos, viajamos abrazados por el lado oculto de la luna, con las piernas enredadas en ese parpadeo de estrellas, que acompaña los latidos unísonos, cuando un solo fuego nos estalla las entrañas, ansiando salir disparados por la boca… Aún guardo tu vértigo… tu gemir… tus ganas.
Pudiste jurar en vano, sobre mis alas de loca etérea. Pudiste huir, quizás era yo demasiado para vos… Quizás una simple mujer pedestre fuera con tu talla… Que ya me di cuenta que mientras me amabas, aterradas llamas bailoteaban en tus ojos, y desnudabas tu garganta en un único alarido… solo porque te llevara a pasear por el espacio infinito y realmente te obsequiara el universo… En fin, fue demasiado
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