Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

martes, 8 de enero de 2013

Te beso en cuatro estaciones.



Besos de otoño, de fuegos anaranjados, que sacan de paseo a mis manías, cuando el Eros montado al corcel de tus dedos, cabalga superficies empinadas, sorteando magistrales temblores de agonía.
... Y de pie junto al muro, recorrés mis piernas, esbozando una sonrisa... 


El invierno arremete sin pedir permiso, con esos besos callados que queman mas que la nieve... Espiralada en motas de algodón, me hago indeleble a los poros de tu piel abrigada. Son besos que se filtran y calan huesos, son besos subyugantes profanadores de almas... Y enroscados en sábanas a la hora de la siesta, aun cerrando los ojos vemos caer nieve, fuego blanco y plata...


Como es la primavera, que caliente va tapizando las praderas, las laderas montañosas, así me visten los besos que el desamor no me niega, y que el amor derrama en solitario, por los valles silentes de la espera...

Sigo extrañando el verano denso, cuando las perlas de tu piel asoman, resbalando al caer por las lomas que, apasionada, me conducen hasta tu fin del mundo. Beber la exquisitez de lo indomable, de tu libido electrizada, cuando con besos del sol y de la arena, te hago ola, mar, océano que acaricia esculpiendo mis acantilados.

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