Reencuentro ( mil veces DEJA VU )

Y un día de intensa lluvia, surgió de la inmensidad de tus ojos, una historia que no tuvo necesidad de palabras, porque el verbo se encarnó en tus manos que buscaron a las mías en la plena oscuridad de la tormenta, y mi tacto te tradujo en miles de sensaciones placenteras, la primera fue la de las gotas enormes que perforaron mi piel en la distancia recorrida hacia las tuyas, la segunda fue la del roce de las yemas de los dedos, encontrándose en la chispa del relámpago. Y te busqué en la fluidez de este otoño rioplatense, en el espejo del río, en la suavidad de tu bufanda a cuadros, en tu cara afeitada, en tu pelo ondulado...
Ese sentir del pecho que estalla en mil pedazos, el agitar de la ropa, inservible para el momento, la brisa fría quemando el espíritu, y las manos juntas, sudadas, electrificadas, pegadas en el dulce de las ganas, en el manjar del encuentro único de las manos gemelas, después de veinte años de haberte vislumbrado en mi esencia... hoy convulsionada en el trueno de tu voz y de la voz de la naturaleza que revienta en primaveras dentro nuestro.