Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

lunes, 14 de marzo de 2016

El viaje


La noche se posó desnuda sobre mi piel. Había llovido y las gotas se mezclaban con el sudor que brotó de nuestros cuerpos. Vos allá y yo por algún lado de mi acá. Deseé como una loca, que fueras una aparición en mi cama mojada. Madrugada cerrada, con olor a tierra húmeda... olor a vos. Salí despacio, la puerta silenciosa me dio un adiós con regusto a olvidos. Caminé descalza una vez mas, como en mis sueños, por el asfalto frío. Las luces de la ciudad se hicieron lejanas, y tu voz cada vez mas audible. Me ardía el alma con tus manos, mojando mis rincones secretos. El camino se fue adaptando a las plantas de mis pies, los grillos cantaban, bajo la helada, otoños nacientes. Me fuiste guiando por la noche con tus resuellos de animal encendido, mientras el mar estúpido rugía, intentando colarse en tus venas. Mi nombre se hizo canto en tu mente, se hizo balbuceo en tus labios y grito en tu clímax. Me situé a un lado de tu lecho, vi la furia y el cachetazo, vi la frustración de su deseo, vi el sol escondido en tus ojos, y vi el miedo. Vi tu espalda lacerada por las bajezas de su ego, vi la conveniencia y el piso de madera, reflejando tus sueños... La próxima vez, me meto entre tus cobijas, te arranco la piel de mentira con la lengua y a ella... la mandamos a dormir al infierno. 
                                                               Clarissa Cristal

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