Colores de un alma que crea desde la celda de un neuropsiquiatrico. Una ninfa que inspira poemas y relatos fantásticos. Una historia que no tiene final...

jueves, 2 de abril de 2015

NADA MAS QUE AGREGAR...


Al mirarte en el cielo, que dejaban a su paso herido, tus ojos, me topé con las ganas de beberme el misterio, que venía robándote en los sueños lúcidos, al amanecer... El aroma inexplicable de los versos rotos y vueltos a componer. Te temblaban las piernas en el forcejeo, querías la tierra y querías el vuelo... querías la paz y el deseo que atiza, que te hace caminar por la cornisa del desvelo, y pedir a gritos, boca abierta, pies crispados, mi nada aparente, mi alma que quema con fuego azulado...
Te envolví en mis alas,
musculosas, fuertes,
te abrigué, incendiada,
en mi sol naciente,
en medio de esta libertad...
Y volamos juntos
a un mundo de ensueño,
donde el plenilunio,
nos bañó sereno,
donde el rojo sangre,
nos corrió endiablado.
Quemando en las venas...
dos ríos de lava,
agridulce vértigo,
tu olor en mis manos,
tu piel en mi voz.
El manto de noche
bailó el sortilegio,
sube y baja preciso,
ahogándose el pecho
en las luces bravas,
de un salto mortal.
Apreté tus manos,
moraste en mis dedos,
te sentí en mi vientre,
profundo, ardiendo,
agitado y calmo,
como áureo torrente,
que besa mis costas,
y en un parpadeo,
inunda el salado,
principio del final.
Clarissa Cristal.

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